Práctica de Word, texto para maquetar (Historia de Vigo)
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La historia de Vigo abarca
las diferentes épocas en que la actual ciudad estuvo poblada, desde los
primeros asentamientos hasta la actualidad.
Prehistoria
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Vigo y su comarca
estuvieron poblados desde tiempos antiguos, Hasta el momento no se ha
localizado ningún asentamiento paleolítico, aunque se han encontrado piezas que
se remontan a la Edad de Piedra, son un medio centenar de útiles
tallados en cuarzo.
La mayor parte de estas piezas prehistóricas se encuentran en la colección
del Museo Municipal de Castrelos.
Interior de vivienda
reproducida en el Museo del Castro.
Por lo que se refiere a las
manifestaciones culturales del Neolítico,
hay que apuntar el descubrimiento de diversos útiles de mano. En este período
prolifera la construcción de estructuras funerarias de la cultura
megalítica. Se trata de monumentos funerarios, que datan entre el 3000 el
1800 a. C. denominados túmulos. Se
conoce la existencia de treinta y siete túmulos, situados en la cadena
montañosa del perímetro municipal y hay constancia de la existencia de algunos
más ya desaparecidos.
En los primeros tiempos de
la metalurgia,
durante la transición del III al II milenio a. C. hay un numeroso conjunto
de petroglifos con
representaciones de motivos geométricos, armas y fauna. Diversos útiles
cerámicos, armas de bronce y los grabados rupestres nos indican la pervivencia
de la ocupación humana en la llamada Edad
de Bronce, que data entre el 1900 y el 800 a. C.
La cultura castreña, que abarca toda la Edad
de hierro, se desenvuelve en Galicia desde
el siglo VIII a. C. hasta el fin del I d. C., ya en plena
época romana. Esta cultura dejó en Vigo importantes huellas, como la existencia
de 26 castros catalogados. Este dato lleva a
pensar que en esta época Vigo tuvo una de las mayores densidades de población
de toda Galicia. El mayor de estos poblados era el situado al principio
del monte del Castro. Sus habitantes vivían de
la agricultura,
actividad que complementaban con la caza y la pesca. Eran una población hábil
en la forja del hierro y el tallado de la piedra.[1]
Época romana
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En Vigo, el proceso de romanización fue
muy intenso en la ciudad. Las evidencias arqueológicas indican una importante
actividad portuaria y comercial en el litoral vigués desde el
siglo II a. C., desenvolviéndose un progresivo proceso de
romanización, consolidado durante el siglo I d. C., una vez
conquistado el territorio y establecida la paz romana.
El proceso de romanización duró
cerca de seiscientos años de los que quedaron relevantes vestigios investigados
en numerosas excavaciones arqueológicas: villas (villae), esparcidas por
todo el litoral (Alcabre, Toralla…), restos de instalaciones portuarias,
calles, instalaciones industriales (salinas y factorías de salazón),
necrópolis, restos hundidos, además de una intensa romanización de los poblados
castreños del término municipal.
Recientes intervenciones
arqueológicas en la zona del Arenal e y en el Casco Viejo pusieron de
manifiesto la posible existencia, por lo menos entre los siglos III y VI
d. C., de un importante asentamiento, el Vicus romano.[2]
Edad Media
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La información disponible sobre
esta época es muy escasa, especialmente durante la Alta Edad Media.
Fue un período en que las incursiones germánicas y los ataques piratas procedentes
del norte de Europa hicieron
que la población se desplazara al interior buscando mayor seguridad.
Con la propagación del cristianismo,
durante la Edad Media la Iglesia dominó la sociedad gallega. Vigo
dependió durante mucho tiempo del Monasterio de Santa María de Melón (Orense).
Existe constancia documental
desde el año 1024 de una cita en la iglesia de Bembrive y, posteriormente, de
otras quince iglesias románicas en el actual término municipal, en donde se
demuestra un importante asentamiento de la zona durante los siglos XI, XII y
XIII, con localizaciones similares a las de las parroquias viguesas actuales.
Del período medieval solo quedan tres iglesias: Santiago de Bembrive, San
Salvador de Coruxo y [Santa María de Castrelos, esta última con interesantes
pinturas murales de la época renacentista. De la Edad Media también perviven
dos puentes en Sárdoma y Fragoso y restos románicos en la hermita del Freixo en
Valladares y en las iglesias barrocas de Sárdoma y Santa Cristina de Lavadores.
A partir del
siglo XII Vigo comienza recuperar población, pero sigue estando
sometida a un estricto control del poder eclesiástico y de los señores
feudales. La parroquia de Santiago de Vigo es la más importante de la villa. La
Corona le otorga a la villa de Bayona la facultad de poder comerciar por mar
con otras ciudades y se convirtió en la principal competencia de Vigo,
limitando su desenvolvimiento económico. Fue por esta época cuando Martín
Codax compuso sus hermosas cantigas
de amigo.
La época medieval corresponde el
primero texto conocido en el que aparece mención de Vigo. Está redactado
en latín, y se trata de un pleito, una disputa entre
vecinos.[3]
Del
siglo XV al XVIII
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A pesar de los habituales ataques
de los corsarios, la villa de Vigo fue creciendo durante a Edad
Moderna. Consiguió importancia la actividad artesanal y el comercio
pesquero, siendo el gremio más relevante el de mareantes. Algunos documentos
reflejan en esta época la importancia que tenía la pesca de la sardina. En 1573
se firmó la primera ordenanza que regulaba la pesca en la Ría
de Vigo.
En 1587 La villa contaba con 868
vecinos, pero Las epidemias de la peste y
los ataques piratas limitaron el crecimiento demográfico. Los armadores
vigueses organizaron la defensa de la ría, repeliendo en 1589 el ataque de una
armada inglesa dirigida por Francis
Drake (que ya había atacado la ciudad en 1585) y consiguieron de la
corona española la patente de corso para saquear los barcos comerciales
enemigos. Ante las sucesivas acometidas (como la de los piratas argelinos en
1617), y en tiempos de guerra con Portugal, se construye una muralla en 1665. Y
así es como se comienza a configurar la morfología de la ciudad. La muralla
contaba con seis puertas de acceso: Puerta del Placer, Puerta del Sol, Puerta da Gamboa, Puerta da
Laxe, Puerta da Ribeira y la Puerta de Falperra. La muralla estaba protegida
por once baluartes y baterías artilleras.
En 1702 se produce la batalla
de Rande. Las flotas aliadas de Inglaterra y
de Holanda entraron
en la ría para atacar a la Flota de Plata de España y los barcos de guerra
de Francia aliados
que la escoltaban. Esta importante flota, cargada de riquezas procedentes
de América,
fue destruida después de una encarnizada batalla en mar y en tierra. Aún quedan
restos de este episodio bélico en los fondos marinos de la ría de Vigo.
En 1760 se asienta en la
ciudad Buenaventura Marcó del Pont, un joven
emprendedor catalán que desarrolla una serie de negocios exitosos basados en la
salazón de pescado, las conservas, y el comercio. Su éxito atrajo a cerca de
200 familias catalanas de comerciantes e industriales que se asentaron en la
ciudad, lo que supuso una pequeña revolución económica. Proliferaron las
fábricas de salazón, jabón y productos de cuero y lino. La prosperidad de los
burgueses catalanes produjo cierta suspicacia por parte de la población local,
que en algunas ocasiones puntuales destruyeron sus negocios.[4]
En 1778 el rey Carlos III de España rompe con el
monopolio de los puertos españoles autorizados a comerciar con América y Vigo
comenzó a beneficiarse del tráfico marítimo cara al Nuevo Mundo. Por esta época
la villa estaba completamente cerrada con una muralla, que se comenzara a construir
con motivo de la Guerra de Restauración de Portugal (1640-1668),
ante el temor de una invasión portuguesa. Cerca del mar estaba el bastión de
Laxe. En el lado opuesto se encontraba el castillo de San Sebastián.
Vigo en 1856, por Francisco Coello.
siglo XIX
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Como otros muchos lugares de
España, Vigo fue ocupado por el ejército francés de Napoleón Bonaparte en 1809. La resistencia
popular a esta invasión provocó un levantamiento dirigido por los militares
Pablo Morillo y Bernardo González del Valle Cachamuíña que
terminó con un asalto a las murallas y con la expulsión del ejército
napoleónico. Este episodio, conocido como Reconquista de Vigo, motivó la concesión a Vigo
del título de ciudad Fiel, Leal y Valerosa.[5]
El nombre de dos calles de la
ciudad conmemoran los hechos, la calle Victoria y la calle Reconquista, además existe un
monumento a los héroes de la Reconquista, el cual fue inaugurado en la plaza de
España en 1947 y, más tarde, trasladado a la plaza de la Independencia.
Todos los años en el Casco Viejo de Vigo se
celebra la Fiesta de la Reconquista, festivo
local no laborable, con representaciones y otras actividades en la calle,
música popular, puestos de comida y artesanía a modo de feria.
1877. A finales del
siglo XIX Vigo contaba con 15 000 habitantes
En 1833 se acondiciona el camino
real que lleva a Madrid, conocido como carretera de Castilla o de Vilacastín.
Un año después terminaron las obras de construcción de la Colegiata de Vigo por
Melchor de Prado, puesto que el antiguo templo había sido destruido en uno de
los numerosos saqueos que sufrió la villa. A mediados de siglo se creó una
sucursal del Banco de España y un nuevo fondeadero de piedra.
La segunda mitad del
siglo XIX fue un período de continuo crecimiento de la ciudad,
propiciado, entre otras cosas, por el incremento de las relaciones con América.
Desde 1855
Se establecieron servicios de
comunicación marítimos periódicos con La Habana, Buenos
Aires y Puerto Rico. Una década después comenzó la construcción
del ferrocarril y las obras de relleno de la ría para ampliar las instalaciones
portuarias. Para facilitar la ciudad su expansión y no quedar encogida intramuros,
sus regidores decidieron por acuerdo municipal el derrumbe de la histórica
muralla en 1869, por lo que aguantó en pie 204 años. La línea ferroviaria Orense-Vigo se
inauguró en 1881.
La estación de tren se
remató en 1878.
Durante este siglo continuaron
abriéndose en la ciudad fábricas de salazón y de derivados de productos
marinos, lo que provocó el crecimiento de la población asalariada y también de
una burguesía financiera. Vigo extendió extramuros con la apertura de nuevas
calles y la construcción de nuevos edificios de piedra. En 1880 se creó la Caja
de Ahorros de Vigo y un año después se constituye la Junta de Obras del Puerto.
A finales de siglo, la ciudad contaba con unos 15 000 habitantes.
siglo XX
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Este siglo marcó una etapa de
asombroso despegue económico. A comienzos de siglo, la burguesía liberal
viguesa tomo en sus manos los mecanismos de poder económico e político. Se
instalaron nuevas industrias, al mismo tiempo que se mejoraban las comunicaciones
y se crean nuevos planes para ensanchar la ciudad. En poco más de diez años se
duplicó la población (en 1910 ya se llegará a los 30 000 habitantes). A
medida que avanzaba el siglo Vigo absorbió los ayuntamientos limítrofes de
Bouzas (1904) y Lavadores (1940).
El primer tercio del
siglo XX el puerto de Vigo quedó asociado con la imagen de miles de
gallegos que se embarcaron rumbo a América. La emigración fue motivada en gran
parte por la crisis económica que sufrían muchas familias, y el puerto de Vigo
fue uno de los principales puntos de partida de este flujo migratorio. Otro símbolo
de la época es el tranvía, que comenzó a funcionar en 1914. La ciudad durante
esta época tuvo intensa actividad social. Aparecieron numerosos periódicos y
semanarios, asociaciones y organizaciones de carácter político y sindical. Todo
este dinamismo social quedó neutralizado con el comienzo de la Guerra Civil Española (1936-1939). Entre
las víctimas de la guerra y la represión que continuó se encontraba el
alcalde Emilio Martínez Garrido, fusilado el 27 de
agosto de 1936.
En la Guerra Civil Vigo se resistió
inicialmente al golpe de Estado franquista en
la batalla de Vigo durante
un periodo de 10 días, que abarcó del 18 de julio al 28 de julio de 1936.
En Lavadores existió
una resistencia todavía mayor al golpe militar. Perdida la lucha, la ciudad
sufrió una dura represión entre cuyas víctimas se
encontraban el alcalde Emilio Martínez Garrido, que fue fusilado,
numerosos intelectuales, artistas, sindicalistas o políticos de izquierda como los diputados Antonio Bilbatúa, Enrique
Heraclio Botana o Ignacio
Seoane.[6]
Desde el antiguo cargadero de Rande salía wolframio para
la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial.[7]
A finales de la década de 1930 y
principios de la década de 1940, pese a la neutralidad de España en la Segunda Guerra Mundial, las buenas
relaciones del régimen franquista con el Tercer
Reich, permitieron que él puerto
de Vigo sirviera como base de avituallamiento de combustible y
alimentos para numerosos buques
mercantes, buques petroleros y submarinos de
la Kriegsmarine. Además en la zona de Rande, diversos buques
mercantes fondearon para realizar cargas de Wolframio.
Durante esa época, el Colegio Alemán, situado en la actual calle Pi y Margall,
fue utilizado como lugar de descanso y tránsito de militares, espías y
tripulaciones de buques.[8] Como consecuencia de las
actividades alemanas en la ciudad y su ría, el 11 de julio de 1943, el
transatlántico inglés SS Duquesa de York es
atacado por la aviación alemana y es hundido al día siguiente por
la Royal Navy para evitar atraer submarinos
alemanes, en el incidente fallecieron 27 personas, cabe destacar que
recientemente se han descubierto en el sur de las Islas
Cíes los restos de un submarino de la Kriegsmarine debido
a la fuerte presencia nazi en la ciudad y en su
ría.[9]
En las décadas de 1960 y 1970
Vigo sufrió un crecimiento urbano acelerado y a veces desordenado, motivado por
el desenvolvimiento industrial. La oferta laboral atrajo numerosa inmigración
de las zonas rurales de Galicia, especialmente de la provincia de Orense, que arraigaron en barrios
tan populares hoy como Teis, Coia y en el Calvario.
El impacto producido por las
sucesivas crisis del petróleo a partir de la década de 1970 golpeo con fuerza
la ciudad entre 1975 y 1985, aumentando los conflictos sociales y destruyendo
una parte del tejido industrial tradicional, vinculado con el mar. Desde
finales de la década de 1980, se observa cierta recuperación económica, que
afianzo a la comarca como una moderna e importante zona industrializada y de
servicios, tendencia que se prolonga hasta la actualidad.
- Fotografías de inicios del SXX de la ciudad de
Vigo
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